Google y los derechos de los creadores. Una relación que siempre ha sido compleja, ya que siempre hemos estado al albur de las idas y venidas del algoritmo y como valora aspectos de nuestras web que tienen poco que ver con la calidad de los contenidos. Con más o menos acierto, hemos tenido que bregar con las exigencias vías de SEO, sus penalizaciones o como se valoran rapidez de carga, la accesibilidad u otros aspectos. 

Y ello por no hablar de que los primeros lugares de la búsqueda estén reservados a los sitios patrocinados, con lo que la búsqueda deja de ser “pura”.

Lamentablemente, Google ha dado un paso más. La nueva configuración del buscador vinculada con la Inteligencia Artificial ha hecho que Google deje a ser meramente un buscador y pase a ser un “creador”, succionando los contenidos que están en la web. 

Si preguntamos por cualquier cosa, en lugar de de remitirnos a lugares que den las respuestas, configura una solución con enlaces vinculados a las respuestas proporcionadas. Con ello, el creador recibe menos visitas, que se quedan en el gigante tecnológico. Consecuencias que se van viendo con el paso del tiempo, en la medida en que cada vez más visitantes son directos o de redes sociales y menos provenientes del buscador; con lo que han de cambiar su modelo de negocio: cambiar cómo se escribe para figurar en las fuentes de la IA y buscar nuevas formas de acceso a los clientes/lectores..

Desde la perspectiva del creador, se dice, se vincula a la calidad y no al número y eso, se dice, es bueno para el autor de la página. 

En las paginas de venta de productos dudo mucho que resulte satisfactorio. En las de venta de servicios o puesta a disposición de contenido (como es la web en la que estas) lo que servicios produce, sencillamente, una limitación de los derechos de propiedad intelectual. Y, en general, supone un direccionamiento indirecto de los sitios que se visitan, que, podría estar condicionado por razones espureas, de contenido ideológico o de condicionamiento científico, lo que no es desdeñable en tiempos de negacionismo de verdades científicas.

En todo caso, este cambio de Google es una manifestación más del capitalismo de la captación de datos. Un capitalismo que no está dando lugar al tecnofeudalismo del que habla Varoufakis, sino que más bien es un episodio más en su desarrollo, con unas complicaciones tales que habría que hacer un análisis pausado para examinar dónde están los puntos a través de los cuales se le puedan atacar. Si nos limitamos a eslóganes no haremos otra cosa que manifestar nuestra debilidad. Porque aquí de lo que se trata es de la dominación que se está ejerciendo por las Big Tech.


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